sábado, 9 de mayo de 2009

Simplemente



Hay veces que no hay mejor solución para un momento en el que uno tiene la moral baja que una tarde con amigas. Una de esas tardes que empiezan con una merienda tonta y terminan con risas, recuerdos, planes futuros y demás.
Porque alguna ya empieza a ejercer de anfitriona(por cierto estupenda) en su casita. Porque a pesar de que los años pasan vamos adecuandonos a las nuevas situaciones y sabemos ir avanzando al mismo ritmo y sabiendo comprendernos.
Porque cuando nos encontramos todas de nuevo, aunque haya pasado más de un mes desde la última vez, tenemos millones de cosas que contarnos y comentar. Porque ¡seguimos pisandonos al hablar!
Porque da igual donde estemos. Hemos vivido momentos inolvidables y sólo por eso me siento satisfecha. Las cuatro sabemos que con sólo descolgar el teléfono habrá una reunión rápida si alguna lo necesita(a pesar de nuestras apretadísimas agendas...jeje). Y porque nuestra unión ya es indestructible.
Porque el grupo va aumentando con novios(y futuros maridos!), pero no les quedará otra que aguantarnos, porque somos así de auténticas.
Porque hay gente que crece que con nosotros y mis majas han estado en mi vida prácticamente desde siempre. ¿Y qué haría yo sin ellas? Es que sin ellas no sería yo.
Chicas ya sabeis...como los mosqueteros...Una para todas y todas para una...
Porque hay cosas que una espera que no cambien jamás

martes, 5 de mayo de 2009

EXTRAÑANDO

Uno puede pasar por muchos estados de ánimo diferentes en poco tiempo. Pasas de la sensación de libertad más absoluta a sentirte encadenado. De estar en una nube, a volver a la realidad. De la felicidad a la tristeza, la apatía. De la compañía a la soledad.
Uno sueña muchas cosas, pero por encima de todo, se sueña con ser feliz. Con sentirse agusto. Con levantarse por las mañana con una sonrisa pintada en la cara e intentando ver los colores de la vida.
Puedo decir que sentí esa sensación. Pero las cosas vienen y van. Hoy estoy en Madrid y mañana..¿quién sabe? Sólo sé que extraño, extraño mucho. A cada instante. Porque todos somos un poquito de cada sitio en el que estamos, porque en cada viaje, en cada lugar que visitamos, dejamos algo de nosotros mismos. Yo esta vez dejé mucho. Dejé una parte fundamental de mí misma. Pero también traje algo conmigo.
Quién dijo que la vida fuese fácil. Hay que luchar y mirar para adelante para conseguir lo que queremos y hacer que nuestro camino sea un arco iris lleno de color. Yo comprobé lo que se siente y es maravilloso.