
¿A dónde señorita? A las estrellas
Titanic
A mis princesas, porque las tocaremos con las manos.
¿Hay una sensación más bonita y auténtica? Porque si la hay me gustaría que me la contáseis para ponerla en práctica. Me encanta tener la necesidad de dar a alguien, de sorprenderle, de estar siempre ahí pase lo que pase, de recordar fechas importantes y hacer reseñables otras que ni siquiera lo son, hacerme presente con pequeños detalles, alejarme cuando sea necesario y siempre, siempre tener una sonrisa en la cara para hacer que el día de alguien sea mucho mejor. Y ¿sabéis por qué me encanta tener la necesidad de todo esto? Porque me hace feliz darlo, en muchas ocasiones más que a quien lo recibe. Porque querer a ese extremo es maravilloso, y lo es precisamente por el riesgo que entraña y porque es una locura, pero si no se quiere así, ¿cómo se hace?