viernes, 16 de abril de 2010

Hay anuncios de televisión que te dicen algo, de los que pasa el tiempo y te sigues acordando de ellos. Hoy he visto uno, que me ha llamado especialmente la atención. De los que apelan a lo que tenmos dentro, a los sentimientos...



y otro que me gustó mucho, aunque es de hace ya unos años, es este del Atleti...



Espero que os gusten!

jueves, 15 de abril de 2010

De arriba para abajo...

Ya pensabamos que teníamos el calorcito entre nosotros, pero nada más allá de la realidad. Lorenzo decidió quedarse sólo unos días y ha dejado paso a la lluvia de nuevo. Agua, agua y más agua. Rozamos la saturación. No recuerdo un invierno tan intenso en toda mi vida. Lo bueno es que los jerseys gordos que ya había desterrado a una caja de cartón, se quedarán allí hasta más ver. Porque estamos pasados por agua, pero por lo menos las temperaturas nos están respetando. Un detalle.
Que no me gusta la lluvia lo más mínimo creo que ha quedado claro. Eso sí, lo que más me molesta no es mojarme, más bien es que me mojen. Porque yo por la mañana me asomo a mi ventana y veo el cielo oscuro y el suelo lleno de charcos y empiezo el protocolo de actuación. Lo básico: paraguas y katiuskas. Las botas muy útiles, me encanta ir pisando todos los charcos que me encuentro en el camino mientras la gente intenta sortearlos y aún así se empapa. El paraguas se merece un aparte.
Ese accesorio que puedes encontrar en mil versiones, colores, tamaños y diseños. Tanta historia cuando te vas a comprar uno, cuál es más bonito, más cómodo, más ligero y no sé cuántas cosas más para que te dure ¿un año? De hecho yo creo que bastante menos. Cuando haga viento lo más probable es que se termine rompiendo, doblando o incluso descosiendo. Además que no te tapa. Yo he llegado a mirar la dirección del agua para situar el paraguas en la mejor posición y ¿qué pasa? pues que me mojo de todos modos. El segundo problema es que cada vez que llueve y el día termina mejorando, tenemos un alto porcentaje de volver a casa sin nuestro querido amigo. Te lo puedes dejar en un bar, en clase, en una tienda, en cualquier sitio que tenga una paragüero no demasiado visible a la salida. Y el tercer gran pero ¡los paraguas pueden poner en peligro la salud de tu cabeza! Porque no nos engañemos, debería haber una licencia de quien puede llevarlos o no. Si en realidad es muy fácil. Como el tráfico. Ceder el paso, facilitar las incorporaciones y mirar al frente. Pues nada, imposible. Como llueva y te cruces con la típica señora que parece que se ha pegado el paraguas a la mano con super glue, corres el peligro de perder un ojo. Es incomprensible esa manía que tienen de tensarse, acelerar el paso y pasar la varilla del paraguas a pocos centímetros de tu pupila.
Menos mal que siempre hay un señor entrañable y caballeroso que te cede el paso, aunque él vaya sin paraguas.
No me gustan estos días, me entristecen. Sólo me queda pensar que mañana por la mañana me asomaré a la ventana y esta vez lucirá un hermoso sol.

Los flechazos existen

Es simplemente genial. Nunca me había planteado cómo fue este momento, pero me encanta.

martes, 13 de abril de 2010

Cambiar

Ya es primavera. Hace casi un mes, pero yo voy con retardo, qué le vamos a hacer. Me apetecían cambios. No muy significativos, pero que se aprecien. Quería una nueva imagen que reflejara cosas que me gustan y a la vez cosas que siento muy adentro. Esta instantánea las plasma casi fielmente.
Las margaritas, mis flores favoritas, me devuelven a mis queridos veranos infantiles, al olor al campo, a la familia, la unidad, la sensación de seguridad y de que siempre todo estará bien. No las cambio por ninguna otra.
También el árbol del mango, que en realidad no es el que aparece, pero se asemeja bastante, y yo quiero pensar que sí lo es. No es que ese árbol tenga un significado especial en general, pero a mi en particular me llega muy adentro. Como dice la cancíón más especial de uno de mis imprescindibles, "...we´ll sit beneath the mango tree". Ojalá ese árbol y lo que significa pudiese acompañrme toda la vida.
Creo que esta nueva imagen va conmigo 100%. Y por supuesto, no falta en ella, ese largo camino en el que nos seguimos encontrando.